lunes, 28 de noviembre de 2011

A LA MEMORIA DE PASADAS BATALLAS


Antes del toque de corneta
ya te encuentro erguido,
armado y sediento de batallas
mi querido soldado amigo.

Esta noche tus sueños
lo pueblan mil escenas
de luchas cuerpo a cuerpo
y estocadas de bayonetas.
Pero al amanecer, querido amigo,
la guerra que deseas no la hallas.

Habrás de consolarte con maniobras solitarias
recreando en tu memoria contiendas ya pasadas
y con fantasías de cruzadas
que nunca fueron ni serán celebradas.
Y con un burdo sucedáneo
del auténtico fragor de una batalla
todo tu cuerpo se estremece
y la carga de tu arma se dispara.


jueves, 24 de noviembre de 2011

Olor a ayer


Todo en tí, me huele a ayer.
Huele a inocencia quebrada,
a ilusiones por cumplir,
y a crueles desengaños.

Sabes,
a sorpresas trasnochadas
a mañanas arrepentidas,
a los besos que regalé
y los que tú me negaste,
a los momentos arrobados
y a las tardes, desconsolado.

Te sentía
como un cálido abrazo
y un gélido desamparo,
como a estados ilícitos,
y los deseos amordazados
sobrevolar tus recovecos,
y arrastrarme por el fango.

Recuerdas
a las pasiones nobles, 
y las depravadas aficiones,
a los amores sin consumar
y consumar sin haber amado,
no saber qué real, qué imaginado,
y abiertas las heridas,
rogar el poder contarlo. 

lunes, 14 de noviembre de 2011

Algo más que efímero

Vivo en un mundo de cartón piedra, un endeble cartón piedra, que languidece cada vez que las lluvias hacen acto de presencia. Esta época, caduca e ilusoria, en la que todo acaba antes de empezar, y siempre me quedo a medias. Por entre mil valles me pierdo, feliz y contento, cogido de la mano de sueños que nunca mueren, despreocupado de horas, de fechas, de plazos, de los años; cuando, sin quererlo, me despierto. 

Mi mujer se divorció de mí, antes de la boda, y me reclama la manutención para unos hijos que aún no tengo. Y lo único tangible, lo único no perecedero, este juego existencial, en el que como todos, incluso sin saberlo, participo.

Iluso

Yo creía
yo pensaba
yo soñaba
yo..
no sabía donde me metía.