domingo, 30 de diciembre de 2012

ESTIMADO NEGRERO

Estimado negrero:

Le mando este correo en respuesta a la plaza de esclavo que su empresa ha anunciado en el portal online de comercio de seres humanos Infocobs, con el ánimo de poder participar en el proceso de selección junto con otros cuatrocientos desesperados.

Como puede comprobar en el CV que le adjunto, soy licenciado en Pringaología por la Universidad de Salamanca, además de haber realizado varios másters repartidos por toda la geografía española que no me enseñaron apenas nada y me tuvieron ocupado y engañado durante demasiado tiempo, dejando  a mis padres casi en la ruina. Tengo varios años de experiencia trabajando en el sector de forma completamente gratuita en esa modalidad que llaman "becario", por lo que me considero completamente capacitado para llevar a cabo las funciones requeridas en el puesto de siervo (de hecho ya le hacía todo el trabajo a mis antiguos amos, aunque nunca quisieron darme una sola migaja de pan por ello). En otro orden de cosas, también querría comentarle que soy consciente de la grave crisis económica que padecemos, por lo que estoy completamente dispuesto a aceptar un salario aún todavía más mísero de lo normal para que usted pueda mantener e incluso aumentar sus márgenes de ganancia a mi costa.

Por último, y a pesar de que resido en la otra punta del continente, no tengo inconveniente alguno en abandonar a mi familia y amigos y cambiar mi lugar de residencia, y hasta de sexo si fuese necesario, en el caso de que finalmente fuera elegido para llevar los grilletes.

Sin más me despido de ustedes no sin antes comentarles que me encantaría mantener una entrevista con usted en el horario, día y condiciones que le saliera de las pelotas para poder explicarle lo que ya está redactado en el currículum que le envío y llorarle un poco por su piedad y misericordia. Para ello podrá localizarme con facilidad en el número de teléfono 69696961942 o al correo suesclavo@vasallo.com

A la ansiosa espera de su voluntad,

Otro desgraciado más.

sábado, 22 de diciembre de 2012

REFLEXIONES DE UN DOMINGO INTRASCENDENTE


Y entonces no sólo se hizo evidente que circulábamos en sentido contrario, si no que tampoco nos importaba hasta que la gasolina se agotó. Quizás tuvo algo que ver la costumbre de creerse por encima de las manecillas del reloj, o de pensar que el futuro es siempre mejor que el presente, básicamente, porque es más nuevo, y en algunas películas se ve mucho más bonito. 

Sea como sea, quedó en evidencia que el sol sigue saliendo por las mañanas, aunque uno tenga mucha fe en su tienda de linternas, y que en los juegos las reglas no sólo son arbitrarias, sino también interpretables. Al hombre del tiempo también le sorprende la lluvia de vez en cuando, más de lo que se compromete en su contrato.


viernes, 7 de diciembre de 2012

HAY PALABRAS BONITAS

HAY PALABRAS BONITAS, pero desde que te fuiste se quedaron desganadas, tristes, y ya no se acicalan ni hacen esfuerzos por ponerse guapas. Hay historias emocionantes y felices, pero alguien malvado les (re)cortó el suministro de tinta, y se quedaron a medio escribir, muertas de aburrimiento en los estantes, y locas por que alguien las vuelva a encontrar interesantes.

Hoy el ciudadano moderno está de oferta en el mercado, ¡llévese tres y pague dos!, hay mucha oferta para tan poca demanda, la fábrica quizás cometió un error de cálculo, a muchos se les pasa la fecha de caducidad y se echan a perder. Importantes organismos internacionales advierten de que cada año miles de toneladas de persona se tiran a la basura, y proponen realizar una campaña para repartir las que hayan sido desechadas, gratis, entre las compañías que estén más necesitadas.

Hoy en día ni los sentimientos ni las fantasías cotizan en bolsa (la causa está en que no son competitivos ni innovadores, dice en la tele un fulano medio calvo y con cara de no haber sido nunca un niño), pero eso no les importa ya a los pobres, que empiezan a sospechar que nunca conseguirán hacerse ricos. Por eso me iré a la calle y recogeré en mi carrito de la compra todas las letras que encuentre por ahí tiradas, con las que me pueda hacer un grueso poema, que me arrope y me dé abrigo durante las frías noches de invierno que nos esperan, y quizás incluso hasta me sobren algunas con las que arreglar las goteras que hay en el techo de mis memorias.

SUPONGO

Supongo (y quizás haga mal al hacerlo, por que suponer es de ingenuos o inseguros, o aún peor, de personas que no se mojan o que son unos irresponsables: es decir algo sin tener apenas certeza de que sea cierto, es arriesgarse a realizar juicios, comentando o pretendiendo dar explicaciones, a veces incluso intentando sentar cátedra alegremente sin que realmente se tenga idea de lo que se está hablando, pero cubriéndose las espaldas y libre de la preocupación de que la realidad nos desmienta y caigamos en ridículo; puesto que con el verbo suponer ya se avisaba de que nuestra disertación era sólo una hipótesis, una conjetura, algo que podía ser pero que en ningún caso había sido verificado y contrastado como dios manda, ¡pero por favor!, cómo se le ocurre a usted hacerme ningún caso, si fui muy clarito, solamente quería dar una opinión pero en ningún momento aseveraba que mi idea o teoría fuera en serio o tuviese ninguna base sólida, así que todas las consecuencias de haber tenido en cuenta mi suposición son sólo responsabilidad suya, que es usted un necio y un loco, no se molesta en escuchar atentamente a los otros - ¿pero qué parte de "supongo" no entendió usted?- y tampoco en comprobar por usted mismo si lo que se dice por ahí es cierto o es falso, esa es una actitud bastante nefasta y peligrosa para su vida, puede traerle muchos problemas, en serio) que ya es hora de levantarme. 

                                                                                                       


domingo, 2 de diciembre de 2012

LA VIDA EN PAUSA


Amigo mío, hace tiempo que me di cuenta
que no hacemos sino caminar en círculos,
siguiendo un camino trazado en el mapa
que al colorear, se nos fue desdibujando.

Vamos a la pata coja, sin brújula,             
hacia un horizonte cada minuto más lejano;
durmiendo cada noche en un fotograma,
observando nuestra vida en una pausa,
colgada de un eterno instante,
silencioso y perfectamente congelado.
Y todas las mañanas sin falta, el mismo desayuno
repasando impacientes las hojas del calendario,
tachando días libres, que ninguno había solicitado.

En el fondo de un baúl, bajo cientos de recuerdos
que trajimos de un futuro que parecía muy cercano
nos dejamos olvidadas aquellas palabras
con las que pintábamos de azul los cielos
cuando éstos se nos antojaban encapotados. 

Y tan sólo será hacia el final de la partida,
cuando me preguntes, inocente
- ¿Qué es lo que haces ahí quieto?
¿Ya no recuerdas las promesas?
¿Diste a tus sueños, ya por jubilados?
- Lo siento, verás – será la respuesta -
aunque no lo creas, esto del apocalipsis diario
me ha tenido realmente ocupado.