-Espejito espejito mágico, dime ¿quién es el chico más guapo del reino?- le pregunté al espejo aquella mañana nada más despertarme. Pero el espejo no respondió nada esa vez (en realidad las anteriores sesenta y cuatro veces tampoco lo había hecho) y tan sólo vi mi cara mirándome fijamente con ojos de pasmarote.
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