bajo cuantos rostros y nombres diferentes
creíste haberla hallado
sé que mas veces de lo que lo quieres admitir
en la noche la estuviste acechando.
A veces.
A veces venía a ti y te confiabas,
pensando que ya había llegado,
y a veces dudaste de si existía
o sólo en tu mente
es donde alguna vez había estado.
Y ahora dices
"no hace falta que siga jugando al escondite",
que ya no sigues buscando.
Pero tu y yo sabemos que si decide aparecer
ésta te encontrará esperando.
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